27 abril 2011

Breves y prescindibles instrucciones para resolver un problema mental


Folletines de Autoayuda (o de ayuda al prójimo si se los comparte)

Primera Entrega:
* Breves y prescindibles instrucciones para resolver un  problema mental

Si Usted está por leer las siguientes instrucciones, ya podría pensarse con cierto grado de certidumbre que tiene algún tipo de problema mental; de lo contrario no estaría persiguiendo este c     jun      de                   sin sentido, y

                                             On      to       pa     bras
                                                                     La
estaria ocupado en cosas mas atractivas e importantes como comer chocolate tirado en su sillón o jugando a adivinar cuantos gajos tiene su mandarina.

De cualquier manera, y para fingir rigor científico no partiremos de supuestos y estableceremos los límites y condiciones para definir y concluir que nos hallamos frente a un problema mental.

Para iniciar este camino, es muy importante que el lector haya previamente desarrollado en algún grado el conocimiento de sí mismo, su registro personal. Si este no es su caso, no renuncie ni se preocupe, esta misma editorial cuenta con otros títulos que le permitirán ampliar su autoconocimiento, como “Rascarse no es siempre igual; aprenda a distinguir una duda de un piojo”  que podrían serle de utilidad.

Ahora si, ya podemos comenzar a distinguir un problema mental de otros inconvenientes. Si al leer este folleto usted se da cuenta que sus hombros están hacia adelante, que su columna toma forma de caparazón y que su cara, especialmente su nariz, apuntan hacia el monitor como una flecha. Entonces usted tiene, claramente, problemas posturales y no mentales. En ese caso no necesita continuar leyendo,  consulte a un especialista, compre un producto mágico en Sprayette… o simplemente cambie la computadora de lugar.

Si en la continuidad de la lectura, repentinamente aparece en su pantalla un cartel que la cubre por completo con frases como la siguiente “Terminal Bloqueado” o “Ciber Fox, bienvenido!” Usted entonces, tiene problemas de dinero y puede prescindir de estas instrucciones. Busque un trabajo o un plan estatal, o alguna forma de tener dinero sin trabajar ni recibir ayuda gubernamental (si la encuentra no dude en avisarme).

Si aun continúa leyendo este folleto, y se le dificulta concentrarse en estas palabras, su estomago parece estar centrifugándose y siente esas patadas a la conciencia que los especialistas llaman culpa, no es meritorio de mi parte aclararle que la lectura de las instrucciones es inútil y prescindible, y que Usted tiene resaca y además esta comenzando a recordar lo que hizo anoche (no se desanime amigo lector, también contamos entre nuestras publicaciones con textos para su situación, por ejemplo “Increíbles excusas para justificar ese sms”)

Y ahora que ya despejamos el campo, que solamente quedamos Usted y yo… mírese por un instante… salvo que sea un gato, usted tiene una sola vida así que no sea sonzo ni pierda el tiempo en esto; salga, sonría, camine, llore, tropiece, levántese para volver a tropezarse, ame, disfrute, viva…
Si le va bien, por favor me escribe y me cuenta como hizo.


Agosto 2010

21 abril 2011

Todo lo que pueda arreglar hoy, lo dejare para mañana (y asi me va)

Muy en el fondo debo querer ser científico, pero sucede que no me gustan los guardapolvos y a los científicos no les va muy bien con las mujeres, entonces yo observo, investigo y escribo por mi cuenta. Aunque a veces me toque ser la rata de mi propio laboratorio.
Ocupado en esta irrelevante tarea es como fui dándome cuenta de lo siguiente…
De la infinita baraja de acciones posibles, he podido comprobar, no sin pesar, que postergar es de los peores caminos que se pueden elegir.
Postergar es, según el diccionario, "hacer sufrir atraso, tener en menos”.
Con el tiempo fui descubriendo cómo funciona la postergación y su impacto en las personas.
Un día cualquiera, un señor comienza a notar que algo desconocido gira por dentro de el; ese algo lo recorre entero y va tomando forma y nombre. Un sentimiento se le centrifuga por todo el cuerpo, un sentimiento le mueve todas las tripas. Así, hasta que es identificado, escuchado y reconocido por el señor dueño de las tripas (y del sentimiento).
Todo se da de lo más natural hasta ese momento, “¿Qué me pasa? Ah me doy cuenta que quiero…”
Allí es donde aparece la postergación; esa enemiga de la verdad, cómplice de las formas y las normas.
Entonces como le voy a decir que no la quiero justo ahora que preparo estas milanesas que además están tan ricas, y además su familia que es tan buena, y además hoy es domingo, sus manos son tan suaves, y además hace tanto que nos conocemos, y además…
La cantidad de argumentos para justificar la postergación son innumerables.
Muchas personas han ido encontrando explicaciones tan lógicas y aplaudidas por la gente, que se han llegado a olvidar de lo que están dejando de lado; y así van construyendo sus vidas, siempre ordenadas, saliendo a la calle con la cordura planchadita, los sueños bien peinados con gomina, siempre atinados y cordiales, tan puntuales a la misa de las 10 y a los ravioles del domingo.
También los hay quienes renuncian (postergar es renunciar) escudados en los genes, en no tengo plata, en que no estoy tan seguro, no es tan así, en mejor esperamos un poco, mira si mañana me arrepiento, y bueno ya esta quizás en la próxima vida…
Y eso es justamente lo trágico de postergar, es olvidarse y renunciar a vivir porque no sea cosa que, es suicidar la verdad, es menospreciar lossueños-laespontaneidad-eldesorden-loserrores… perderse esperando... esperar a un velorio para llorar, a que sean las 5 para tomar el té, a recibirse para casarse, esperar el momento oportuno y perfecto para decirle que….
Y de tantas postergaciones se termina tan enredado que ya ni se sabe quien se es, que se deja ni porque, que es verdad y que no… Si hasta sospecho que yo estoy ocupándome de esto, escribiendo, solo para no ir hasta su casa a decirle que yo… mejor hoy no, porque ella ya..., y además es domingo, y además…

04 abril 2011

Miradas superticiosas

Una mujer asiste periódicamente al registro civil de la ciudad. Llega temprano,  viste algo desalineada, lleva siempre anteojos negros  y un bolso en su mano.
Cuando el registro abre,  entra al lugar por la puerta del costado, en donde se celebran las uniones civiles. Se dirige al bar, ubicado al final del hall central. Se sienta siempre en la misma mesa, y pide invariablemente una lágrima y una medialuna salada.
Hojea desganadamente una novela (siempre de amor) que saca de su bolso, y espera…
Cuando llega la hora esperada, paga, se levanta y avanza por el hall. Desde una distancia, que la experiencia la ha permitido juzgar como optima, se para y mira…
Ve llegar a la jueza, siempre tan seria. La mujer ya le conoce todos sus movimientos y formas. Por tanto sabe que hoy la jueza viste de negro, entonces se tratara de una ceremonia corta y formal.
Poco a poco comienzan a llegar los familiares e invitados al evento, la mujer mira detenidamente a cada uno de los asistentes. Casi siempre llegan primeros los del futuro marido. La mujer dice que cuando esta regla se rompe y primero irrumpe en el lugar la parentela de la novia, se trata de un casamiento de apuro.
Al cabo de unos minutos acabaran de decir presentes todos los invitados y familiares de ambos bandos. Solo en este momento la mujer parece inquieta y mueve sus manos algo nerviosas.
Luego avanza unos pasos, y como si su mirada estuviera congelando todo lo que ve, contempla detalladamente la situación. Observa la actitud de las familias (ella dice que ver a las tías viejas siempre le da buena información), ve la postura de los testigos y hasta los movimientos de los niños aburridos o inquietos.  Pero de todo lo que está mirando, se centra en el encuentro de los futuros esposos. El tiempo se detiene y ella los mira. Ve sus manos, sus bocas, sus formas y la manera de mirarse.Eso, sobre todo se fija en sus ojos.
Después de ese largo instante, baja su mirada, da media vuelta y vuelve al bar. Sentada en la misma mesa, pide otra lagrima (en algunas ocasiones, ha pedido whisky). Saca un papel y anota algo.
Entonces comenta, con  voz clara y fuerte, con todos los presentes en el bar, lo que ha presenciado y presentido.
Hace un relato, no muy detallado, de cómo es la pareja, y seguidamente emite una sentencia en la que pronostica el futuro del reciente matrimonio, que a esa altura está recibiendo abrazos y arroz.
“No se quieren, solo se llevan bien. Pueden estar juntos toda la vida… pero de una manera miserable”. “Esos dos no llegan ni al año” Dicen que son algunas de las frases que se la ha escuchado decir.
En el bar comienzan los murmullos y los comentarios por lo bajo.
De ella se dicen muchas cosas, dicen que la dejaron plantada en el altar, o que se ha casado 15 veces y que presencia casamientos para convencerse de que no es la única que se ha equivocado.
Pero eso son solo rumores.
Algunos dicen que busca a un amor de la infancia y que nunca pudo superar la tristeza de no saber más de él. Otros menos rebuscados, simplemente la tildan de loca.
En el lugar también  circulan versiones de que la mujer tiene ciertos poderes para augurar el destino de los amantes, y que nunca falla en sus pronósticos, que puede indicar con solo mirar los ojos el futuro amoroso de la gente; que detecta infidelidades y pronostica divorcios; también que se le pasa mirando y buscando en los ojos de alguien  el amor verdadero.
Pero eso son solo rumores.
La mujer luego de sus vaticinios y su segunda lagrima, se levanta, saluda amablemente a los empleados del bar, y se va. Mañana a la misma hora la verán volver.
El cajero y el ayudante de cocina, comentan que escucharon que la mujer vive sola con 10 gatos y solo sale de su casa para ir al registro. En cambio un mozo dice haberla visto en las noches deambular por los cabarets pronosticando amoríos. Dicen también, que el encargado evita mirarla a los ojos, por temor a que lo pesquen en alguna aventura.
Pero, lógicamente, estos son solo rumores.
De todos los que la escuchan a diario, solo Silvia, una joven moza del bar, parece prestarle atención dedicadamente, y hasta se ha dado cuenta que cree realmente en los poderes adivinatorios de la mujer. Siempre se va del trabajo pensando en ella.
Parece que Silvia la ha tomado tan en serio, que ayer le llevo a la mujer una foto mía.
Dicen que le pregunto  sin vueltas, si nuestra relación iría bien, si nos casaríamos o si yo la amaba. Cuentan que la mujer, miro la foto y dijo brevemente: “este muchacho no sabe querer, solo quiere escribir historias de amor”
Yo no creo que eso haya pasado, y quizás sean solo rumores.
Esta mañana, sin explicarme porque, Silvia me dejo.